Por Mauro Libi.- El ambiente de trabajo debe y tiene que ser
grato, no en balde la mayoría de las personas pasan la tercera parte del día, o
más, en su centro laboral. Por tanto, la convivencia con los compañeros de
trabajo tiene que ser sana, o por le menos llevadera.
El ambiente de trabajo ideal requiere que rijan ciertas
normas que garanticen el entendimiento, el buen trato, el respeto entre quienes
deben compartir durante tanto tiempo.
Así, es fundamental el conocer a los compañeros, saber
quiénes son, tener un conocimiento, por lo menos somero de ellos (nombre,
apellido, cargo). Esto permitirá una comunicación fluida.
El uso excesivo del teléfono por parte de un trabajador
puede ser altamente perturbador. Por ello es necesario imponer la racionalidad
en las comunicaciones telefónicas. Esto adquiere grado superlativo cuando los
compañeros de trabajo deben estar escuchando conversaciones personales que nada
tienen que ver con los asuntos de la organización.
Aunque el tema puede resultar desagradable, hay que hacer
mención de él pues es increíble saber cuánto puede afectar este aspecto las
buenas relaciones en el trabajo. Hablamos de la higiene personal, los olores
desagradables. Pero también puede molestar la exageración, por ejemplo, en el
uso de perfumes, colonia o loción.
La pauta en la mayoría de las empresas y emprendimientos es
el trabajo en equipo. Por tanto, este debe ser armonioso, respetuoso y de
disposición a la colaboración, al aporte, al intercambio. Trabajar en grupo es
una excelente oportunidad para desarrollar lazos fraternos y de camaradería.
Además, el trabajo en equipo es ideal para dar a conocer las destrezas y
habilidades —sin jactancias, eso sí— que tienen los trabajadores.
En el seno de las organizaciones las opiniones y criterios
nunca serán unánimes y, por consiguiente, es posible que surjan desacuerdos en
cuanto a procedimientos y formas de desarrollar el trabajo. En tales casos se
impone que cualquier aporte u opinión se plantee a modo de sugerencia y no de
crítica, mucho menos si esta es destructiva y no constructiva.
Nada aniquila más las relaciones que los chismes y rumores. Evítelos,
huya de ellos. Son tóxicos y en nada contribuyen al buen desenvolvimiento de
las relaciones dentro de las organizaciones.
Participe en las actividades de integración que se lleven a
cabo en el seno de las empresas y emprendimientos. El objetivo es propiciar el
acercamiento y el intercambio entre los compañeros de trabajo.
Cumpla con sus responsabilidades pues no hacerlo es, en
definitiva, una efectiva manera de romper los puentes entre los trabajadores,
entre estos y sus supervisores y de todos con la organización.
Si usted sabe que su tono de voz es alto, trate de
controlarlo. Mida el volumen cuando hable pues esto descoloca con mucha
facilidad al resto de las personas.
Colabore con sus compañeros de trabajo, esté siempre
dispuesto a tenderle su mano. Acérquese a ese compañero o compañera al que
observa perturbado con su labor y ofrézcale su ayuda. Hágalo con prudencia y
sin querer hacer imposiciones.
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