Por
Mauro Libi. Cada día son más las empresas que usan las
técnicas y programas de la psicología positiva par tratar los problemas que
existen entre el capital humano, y que se reflejan en la productividad y
performance de las organizaciones. La aplicación de la llamada psicología
positiva puede enfocarse en diferentes entornos, ya sea en el ámbito laboral,
empresarial, de desarrollo personal o en el ámbito educativo.
En la
medida que han avanzado las complejidades en el mundo empresarial, las
organizaciones han empezado a darle importancia a conceptos como la evaluación
de riesgos psicosociales. A travé de la psicología positiva las empresas han
logrado conseguir una vía efectiva para estudiar cuáles son los factores de
estrés laboral, conocer qué impacto tienen en el trabajo y promover la salud
ocupacional de sus trabajadores.
Los
programas de psicología positiva que se aplican en las empresas permiten no
solo conocer los factores de riesgo sino que ayudan a las organizaciones a
diagnosticar qué es lo que está funcionando bien. Una vez logrado este
diagnóstico se puede trabajar en las soluciones que ayuden a incentivar a los
trabajadores, desarrollo personal y profesional, motivarlos para que crezcan y
no se estanquen.
Algunas
empresas han entendido que en épocas de crisis es mejor retener el talento que
dejarlo ir y muchas han cambiado sus políticas de determinación de las
contrataciones, incluyendo además de las habilidades
profesionales, el optimismo, la capacidad de integración a equipos
de trabajo o el cultivo de relaciones personales positivas como factor para
seleccionar el personal.
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