Por Mauro Libi.- Para sobrevivir en el mercado las empresas
y emprendimientos deben ofrecer al público aquello que estos quieren y
satisfaga sus necesidades. Al mismo tiempo, deben hacerlo con productos de
calidad y siendo competitivos frente al resto de las organizaciones, de modo
que el cliente vea en la suya la mejor opción para comprar.
El mercado cada vez es más agresivo pues todas las
organizaciones quieren su porción del pastel.
Son muchos los factores que han que enfrentar y es menester
estar al pendiente de mejorar constantemente los procesos internos para
alcanzar la tan ansiada competitividad.
Más calidad a los mejores precios, de ser posible, los más
bajos, es un valor que deben alcanzar las empresas y emprendimientos para
ubicarse por delante de las otras organizaciones del ramo.
Pero, ¿cómo lograr la eficiencia organizacional?
Para ello hay que tomar decisiones fundamentales pero no a
la ligera, sino después de un análisis concienzudo que lleve a ser acertados.
De hecho, no pocas organizaciones están recurriendo a procesos de
implementación de sistemas de gestión de la calidad.
Esto puede ayudarlo, pero no es suficiente.
Para que su empresa sea eficiente deténgase a pensar qué es
lo que hace funcionar a su organización. Esto permitirá diseñar una estrategia
global, articulada entre todas dependencias de su empresa o emprendimiento. Se
trata de hacer que todo funcione como un engranaje.
Del mismo modo, todo proceso productivo debe ir acompañado
de una buena estrategia de mercadeo, comercialización, distribución,
investigación y desarrollo.
Para que las organizaciones sean eficientes tienen que
contar con buenos equipos de trabajo, con un talento altamente comprometido e
identificado con los valores empresariales.
Es indispensable una comunicación clara y fluida entre todas
las partes de la organización.
Determine el estado actual de su organización para que luego
de implementar todos los consejos, pueda tener un punto de comparación que le
facilite la medición de resultados.
Las organizaciones deben trabajar arduamente para optimizar
el uso de los recursos y así mejorar el rendimiento de los procesos.
Es indispensable fomentar la disciplina y la organización.
El caos no conduce más que al fracaso.
No decimos que las normas no puedan ser flexibles, pero
tiene que haber orden.
Permanentemente actualícese y actualice a su personal.
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