Por Mauro Libi.- Lo hemos dicho una y otra vez, la
productividad es el gran objetivo de toda organización y, por ello el trabajo
del liderazgo debe dirigirse a mantener contentos a los miembros de sus equipos
de trabajo, cohesionarlos, integrarlos, a fin de que juntos remen en el mismo
sentido y logren la tan ansiada meta.
De nada sirven la mejor tecnología ni los procesos de
avanzada implementados, si no se cuenta con unos colaboradores identificados
con la misión y visión empresarial.
El líder, mejor dicho, el buen líder, será entonces aquel
que consiga equilibrar comprensión con autoridad. Es decir, debe propiciar un
buen ambiente laboral que propenda a la felicidad de los empleados y hacer que
estos produzcan más y mejor, pero al mismo tiempo mantener el principio de
autoridad, que los demás entiendan que, independientemente de la participación,
será él quien al final deba tomar las decisiones.
Existen técnicas que pueden ayudar al líder a provocar el
aumento de productividad entre sus empleados.
En primer lugar, el líder debe ofrecer herramientas
atractivas que les permitan a los trabajadores llevar a cabo su trabajo de la
manera más expedita posible. Hay que dotar al personal de los recursos que
potencien sus habilidades y aptitudes.
La tecnología ha puesto a la disposición una serie de
software que puede optimizar el trabajo en diversas áreas. Poner este a la
disposición de sus trabajadores es asegurarse una mejor gestión del tiempo que
redundará en la productividad y el rendimiento de sus empleados.
Los brainstormings
grupales o lluvias de ideas son una excelente técnica para que con cierta
regularidad —puede ser mensualmente— los integrantes de los equipos de trabajo
desborden con sus ideas y propuestas la mesa de planificación.
En estas jornadas no debe imperar la jerarquía, cuando los
grupos o los individuos exponen sus propuestas, da lo mismo que sea un
encumbrado directivo o un sencillo empleado.
En este tiempo todas las ideas cuentan por igual, por lo que
hay que otorgar a cada trabajador idénticas condiciones para hacer sus
exposiciones, los empleados deben sentir que no hay discriminación y sentirse
altamente motivados.
Establecer retos mensuales es una excelente manera de sacar
lo mejor de sí mismos a los trabajadores. Sí, no negamos que algunas veces
puede resultar estresante, pero la presión puede propiciar el trabajo intensivo
y por ende el incremento exponencial de la productividad.
Se puede instaurar un determinado número de retos mensuales
para cada departamento o dirección de la organización. Cada trabajador, previa
discusión de sus equipos, tendrá una meta que cumplir para lograr el objetivo
común.
Eso sí, hay que ser muy cuidadoso en esto para no
sobrecargar más allá de las posibilidades de cada equipo y trabajador para no
generar niveles de estrés que, a la larga, se conviertan en un problema que dé
al traste con la productividad más que en una solución o incentivo al aumento
de la misma.
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