Por Mauro Libi.- Aquella visión que reflejaban las
comiquitas y películas de ciencia ficción de mediados del siglo pasado ya son
una realidad, los robots pueden llegar a ocupar el lugar de los trabajadores.
Puede escucharse como algo muy de avanzada, pero al mismo
tiempo como algo realmente preocupante para los cientos de miles de personas
que pudieran llegar a quedar sin empleo a raíz de esta situación.
Y es que los cálculos indican que más de 45 por ciento de
los puestos de trabajos actuales pudieran llegar a ser ocupados por robots.
El hecho se avizora como la cuarta revolución industrial, la
cual está caracterizada por la disrupción tecnológica y la innovación en todas
las áreas. Y cuando decimos que se deja ver, no nos referimos a varias décadas
en el futuro, sino al actual momento.
Hay que advertir que no es un hecho nuevo este de la
sustitución del hombre por los aparatos que la tecnología pone a nuestra
disposición. No. Esto está ocurriendo desde la primera revolución industrial
con la invención de la máquina, la cual comenzó a sustituir al hombre en el
desarrollo de los procesos.
Tal realidad, desde entonces, lejos de estimarse
como un adelanto, ha encendido las alarmas porque el hombre ve amenazada su
estabilidad laboral. Ahora en la era digital, el asunto no varía y para muchos
esto no se constituye como una oportunidad sino como un ultimátum.
El asunto se hace más apremiante dada la vertiginosidad de
los hechos en la actual era digital.
Todo indica que muchos de los oficios de hoy día simplemente
desaparecerán o se reinventarán.
Pero desde el otro lado, es decir, los empleadores refieren
que las nuevas tecnologías son muy caras y necesitan de personal especializado
para manipularlas, por lo que creer que con la aparición de los robots se dirá
adiós a los trabajadores es solamente una exageración.
El asunto está en cuántos trabajadores se requieren ahora en
comparación con los trabajadores que antes se necesitaban. A todas luces serán
muchos menos y tendrán que ser altamente especializados. No todos son de esta
opinión y aseguran que, por el contrario, tal vez se necesite contratar más
personal con los avances de la automatización.
Habrá que ver qué dicen los hechos.
La otra pregunta gira en torno a la preparación de los
países para asumir la era digital con lo que la automatización implica y trae
consigo.
Y tal como sucedió en épocas pasadas, ocurrirá en esta y en
las futuras, los viejos oficios darán entrada a los nuevos en especialidades y
campos que aún están por surgir. Esa es la apuesta de quienes apuestan por el
futuro y los avances tecnológicos.
Hay quienes se arriesgan a afirmar que 65 por ciento de los
empleados que realizará la generación Z, conformada por los nacidos entre 1995
y 2017, ni siquiera existen en la actualidad.
Otros estudiosos sostienen que la nueva sociedad deberá
hacer frente a la revolución de las habilidades surgidas a la luz de la
digitalización y el crecimiento del trabajo altamente calificado.
Lo cierto es que el ser humano requerirá de mucha
creatividad, inteligencia emocional, flexibilidad cognitiva, agilidad y
capacidad de aprendizaje para poder darle cara a la nueva era por venir y
plantarse cara a cara con los robots a objeto de no ser sustituidos por estos.
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