miércoles, 15 de junio de 2016

Mauro Libi Crestani: ¿Por qué se persigue como propósito el éxito empresarial?

Mauro Libi Por Mauro Libi Crestani. ¿Por qué se quiere ser exitoso? Esta es una pregunta para cual es necesario tener una respuesta clara al momento de establecer un negocio o emprendimiento y fijar los objetivos del mismo. Y es que el éxito debe traducirse en felicidad, tanto para el empresario o emprendedor como para su familia. 

Si las actividades empresariales, por muy rentables que sean, deterioran la relación familiar, causan estrés y distanciamiento con el círculo afectivo, entonces no hay éxito. Todo lo contrario, se está yendo rumbo al fracaso.

La meta del éxito debe redundar en el mejoramiento de la calidad de vida, personal y familiar.

Debe haber un equilibrio entre el número y calidad de horas invertidas en el trabajo para el logro del éxito empresarial y aquellas horas y calidad de las mismas destinadas al disfrute en el hogar y el entorno afectivo. 

La inversión en tales horas debe tener un crédito en mejor calidad de vida.

Por ello es preciso que todo empresario o emprendedor defina muy bien sus metas laborales para que la inversión en ellas no se traduzca en infelicidad.

Una forma de lograrlo puede pasar por la reducción o redistribución de las horas dedicadas al trabajo para que estas sean reinvertidas en el disfrute familiar y personal. Para ello, seguramente, será imprescindible que todo emprendedor o empresario aprenda a delegar funciones y establezca tiempos intocables para ser dedicados a su medio afectivo.


¿Qué para ello será necesario que algunas ganancias de tipo económico se reduzcan? Muy probablemente. Pero el éxito empresarial no sólo se traduce en mayores finanzas, sino en bienestar, placer y tranquilidad. El dinero debe ser una herramienta y no un fin en sí mismo. Invertirlo en el disfrute con la familia o los amigos es también una inversión de amplio beneficio.


Pero cuando se hagan estas redefiniciones es preciso también tomar en cuenta al personal, a los trabajadores, quienes deben, igualmente experimentar el mismo placer que genera la calidad de vida y la inversión en la familia. Un trabajador contento y feliz es un trabajador que produce más.

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