Por Mauro Libi. Para poder surgir en esta
época tan competitiva es necesario que las empresas se actualicen y recurran a
nuevas estrategias, por lo que la creatividad es esencial para desarrollar
ideas empresariales encaminadas a la innovación. Para lograr tal objetivo
es necesario que cada persona en la empresa quiera ser creativo y ello comienza
por el manager, que debe incentivar a su personal a crear cosas nuevas.
De esta
forma el entrenamiento debe ser diario, una forma es analizando cómo se pueden
hacer las cosas de una forma diferente y luego reunirse con el equipo apropiado
para que elaboran propuestas en base al concepto generado en el proceso
evaluativo.
Al
experimentar sobre estas nuevas ideas, las empresas deben canalizar las mismas,
seleccionar las mejores, planificar y elaborar proyectos, tomando en cuenta
objetivos claros y precisos. Para tal tarea es necesario capacitar al personal,
formar líderes para coordinar los proyectos y, por supuesto, contar con el
suficiente presupuesto para implementarlos. Por lo tanto, es fundamental
tener un responsable de todo el proceso y los recursos para ejecutarlo.
Así, para
generar esta cultura innovadora es prioritario que el equipo tenga metas altas
y asuma riesgos aunque se produzcan fallos, los cuales se verán como
aprendizaje para corregir los errores y obtener resultados favorables para la
empresa, con su consecuencia de supervivencia a largo plazo. Además, hacer
participar a los empleados en el proceso creativo innovador aparte de hacerlos
crecer como personas, les incrementa el sentimiento de lealtad hacia la
empresa.
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